El pasado 1 de octubre entró en vigor el nuevo Código de Conducta de publicidad a través de influencers desarrollado por la Asociación Española de Anunciantes, AUTOCONTROL e IAB Spain.
Este nuevo código de conducta viene a actualizar el anterior de 2020, para adecuarlo a las nuevas regulaciones sobre la materia, y cuenta con casi 1.000 entidades adheridas entre anunciantes, agencias, plataformas e influencers.
Entre sus actualizaciones más importantes, se encuentra la posibilidad de que el carácter publicitario de un contenido sea determinado por la existencia de indicios extraídos de la propia comunicación o de las características de su difusión, ejemplificando algunos ejemplos ara ello, como, por ejemplo, que la marca haya colaborado anteriormente con el influencer, la mención de precios específicos o códigos descuentos, la reiteración de mensajes sobre la marca, la presencia de enlaces afiliados, etc.
No obstante, lo que mayor revuelo ha creado en redes sociales son las nuevas directrices para identificar el contenido como publicidad, lo que sin ser algo nuevo dada la obligación de transparencia que exige la normativa publicitaria, sí ha sido actualizado incorporando nuevas directrices sobre cómo identificar la publicidad en cada red social en función del formato en que se ofrece el contenido publicitario.
Se pretende así acabar con contenidos que aparentemente parecen opiniones o recomendaciones particulares de los influencers, cuando en realidad se trata de colaboraciones pagadas.
Rubén Canales
Abogado